Espectador o protagonista

Jon Aranbarri

En las sociedades occidentales desarrolladas es habitual que la ciudadanía ciña su protagonismo civil y político a acudir a las urnas de manera periódica para elegir a los representantes institucionales de turno. O no hacerlo, algo que también es una práctica bastante extendida en no pocos sectores de la población, desencantada con la política y el sistema representativo.

Por eso, no deja de ser reseñable que en nuestro país el protagonismo ciudadano no se circunscriba a las citas electorales y el mismo impregne buen número de actividades culturales, sociales, sindicales y políticas. Lo que es signo de vitalidad y de que buena parte de nuestra sociedad reclama el protagonismo en la gestión de una amplia gama de cuestiones de lo más diversas: desde el modelo de relaciones laborales, pasando por el de las infraestructuras, o, como hoy mismo, reivindique su  derecho a decidir nuestro presente como pueblo y sociedad que aspira a construir un futuro mejor en el que seamos dueños de las decisiones sociales, laborales, culturales y políticas que a todos y todas nos atañen, sean éstas las pensiones, el salario mínimo, las medidas para garantizar la igualdad entre mujeres y hombres, el modelo de enseñanza, la vivienda, o las relaciones políticas que queramos tener con nuestros vecinos.

No podemos sino valorar muy positivamente que hoy, más de 100.000 personas -unos cuantos cientos de ellas leioaztarras- se movilicen en una cadena humana de 201,9 kilómetros que une Donostia, Bilbao y Vitoria-Gasteiz reivindicando nuestro derecho a ser los protagonistas de nuestro presente y los hacederos de nuestro futuro. Y no meros espectadores de lo que otros, generalmente a cientos o miles de kilómetros, deciden por (y muchas, demasiadas veces, contra) nosotros. Zorionak guztioi!

 

Sareetara

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