Las dos gráficas que explican cómo podemos frenar la epidemia de COVID-19

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Aplanar la curva de la epidemia es el objetivo prioritario en el Estado español desde que esta semana se confirmara la transmisión comunitaria descontrolada del COVID-19 en zonas como Madrid. Dos gráficas revelan por qué es tan importante que todos sigamos las recomendaciones de los expertos.

El objetivo ahora es aplanar la curva del contagio.   Gráfica: The Spinoff

El pasado miércoles la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó la enfermedad producida por el coronavirus SARS-Cov-2 –que afecta ya a más de 126.000 personas en todo el mundo– como pandemia.

En esta nueva fase, eliminar el virus como se hizo con el SARS de 2002 parece poco probable. Ahora el objetivo es otro: frenar la curva de la epidemia, es decir, ralentizar la velocidad de transmisión, intentando así no colapsar los sistemas sanitarios.

El escenario del Estado español, con 2.277 casos y 55 muertes, es el mismo. No sobrepasar la capacidad del Sistema Nacional de Salud pidiendo a la ciudadanía que siga a rajatabla las recomendaciones de los expertos.

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, explicó ayer las dos gráficas fundamentales para entender cómo funciona una epidemia. La primera está relacionada con la detección precoz y el control de los brotes.

La gráfica de evolución del número de casos en el tiempo

 

La evolución en el tiempo del número de casos dependerá de los comportamientos de cada persona.   Gráfico: The Spinoff

La anterior es la traducción de la gráfica realizada por el dibujante Toby Morris difundida en la web neozelandesa The Spinoff, que se viralizó rápidamente en Twitter, y que ilustra de manera muy intuitiva cómo evoluciona la epidemia y por qué es esencial achatar la curva de casos. Este mismo concepto lo explicaba Fernando Simón.

“Cuando tenemos una epidemia, esperamos que empiecen los casos y progresivamente vayan afectando a la población. Y cuando la masa crítica de población desaparece, vaya bajando”, indicó Simón en las redes sociales del Ministerio de Sanidad mientras dibujaba la curva de una epidemia.

Frente a una crisis sanitaria como esta, las medidas de control se pueden implementar en diferentes momentos. “Pero si se espera a tomarlas cuando se alcanza el momento más alto de la curva, solo se podrían evitar ya –y con suerte– el resto de arco descendente de casos”, puntualizó el experto.

El objetivo de la detección precoz –que es la parte más importante al inicio de las epidemias– es actuar al comienzo de la curva ascendente, es decir, detectar cuanto antes el problema de forma que el arco, en vez de seguir ese patrón, siga uno mucho menos acentuado.

“Ese ha sido hasta ahora nuestro objetivo de actuación”, añadió Simón. “Pero en el nuevo escenario, cuando hay transmisión más diseminada en algunas zonas, debemos plantearnos otro aspecto relacionado con cómo se trasmiten las enfermedades”.

La gráfica de la reproducción del virus

La transmisión de un virus tiene que ver con una segunda gráfica que representa el número de reproducción de dicho virus, el llamado R0. Dicho de otra forma, es el número de casos secundarios que produce cada caso primario.

“Si nosotros tenemos una enfermedad en la que cada caso transmite a muchas personas (como el sarampión, que cada caso transmite a 15 personas), en muy poco tiempo tendremos a toda la población afectada. Y la curva de la epidemia, sin que hagamos nada, va a ser muy aguda”, subrayó Fernando Simón.

Por el contrario, si la enfermedad se transmite a poca gente (solamente a 2) tendremos una epidemia que será mucho más lenta –con una curva muy suave–. “Aquí, aunque no hagamos nada, puede llegar a afectar al mismo número de personas pero de forma mucho más dilatada en el tiempo”, continuó.

De la misma forma, en una epidemia con trasmisión comunitaria si se tardan dos días en implementar las medidas de control, podemos encontrarnos ya en el pico de casos, con lo cual no habría mucho tiempo para gestionar la epidemia. En una más lenta, con una transmisión menor, ese mismo momento de implementación de medidas permitiría controlar más la enfermedad.

En la situación actual del Estado español, el director del CCAES explicó que lo fundamental es que ese número de casos secundarios se reduzca lo más posible para alargar el periodo en el que puede haber contagios y reaccionar antes de llegar al pico.

“Se basa todo en el R0. Si una enfermedad transmite a 2 personas a partir de cada caso original, hay que conseguir que ese número disminuya a 1 o menos. De forma que cada caso no incremente la curva, sino que la mantenga en una línea horizontal o, en caso de que bajemos de 1, desaparezca”, concluyó Simón.

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