Reclaman unas pensiones dignas para las mujeres viudas y «dejar de gastar en la guerra»

El Movimiento de Pensionistas de Bizkaia se volvió a movilizar, ayer lunes, para reivindicar unas pensiones públicas dignas y una pensión mínima de 1080 euros.

En Leioa, la concentración se trasladó del Bulevar de la Travesía Iparragirre al Centro de Salud del municipio, donde una docena de personas se concentraron en un día lluvioso y desapacible.

En Bilbo, reunidos nuevamente en la escalinata del Ayuntamiento de la capital, recordaron el Día Internacional de las viudas, que se estiman en 258 millones en todo el mundo, de las que casi un 10% de todas ellas (25,8 millones de mujeres viudas) viven en la pobreza extrema, entre otras cosas porque «las mujeres tenemos menos posibilidades de acceso a pensiones de vejez que los hombres. Capacitar a las viudas para que se mantengan a sí mismas y a sus familias también significa abordar los estigmas sociales que crean la exclusión y las prácticas discriminatorias o perjudiciales».

El movimiento pensionista recordó que las pensiones de viudedad en el Estado español se crearon en el año 1955 ante la «sentida necesidad» de establecer pensiones en favor de las viudas de los trabajadores amparados por el sistema de protección social existente en aquella época, con una cuantía de entre 125 y 200 pesetas mensuales.

Sus portavoces explicaron que la pensión de viudad es una renta diferida que depende de las cotizaciones del marido, «por lo que el trabajo realizado por la mujer a lo largo de su vida llega a infravalorarse». «Las viudas afrontan la existencia en condiciones de pobreza, soledad y sin reconocimiento a sus años de trabajos de cuidados», encontrándose al enviudar con la «ardua tarea de sustentar económicamente ellas solas un hogar, a veces con hijos todavía a su cargo».

En Bizkaia, según los datos facilitados por el movimiento de pensionistas, casi 70.000 mujeres mayores de 65 años cobran la pensión de viudedad, la mayor parte, por debajo de los 700 euros mensuales, «una cantidad no digna para poder vivir, que hace de este colectivo un grupo vulnerable. El umbral de pobreza establecido por el Euroestat se eleva al 80% en esos casos», según manifestaron. Por ello, reivindicaron el reconocimiento del trabajo no remunerado que han realizado las mujeres a lo largo de su vida.

Fueron claras al manifestar que no van a consentir que la «nueva normalidad» sea para nosotras peor que la antigua y que los poderes que nos gobiernan congelen, o casi, nuestras pensiones.» Reclamaron una pensión mínima de 1.080 euros y un pensión de viudedad del 100% de la base reguladora de la persona fallecida. También reivindicaron, «para que las pensiones futuras sean decentes, un Salario Mínimo de 1.200 euros».

Finalizaron la concentración reclamando «dejar de gastar en la guerra», denunciando que la empresa armamentística ITP-Aero de Barakaldo ha firmado en plena cuarentena un contrato de 111,5 millones de euros con el Ministerio de Defensa para mantenimiento de motores de aviones del Ejército y que el pasado 13 de mayo el mismo ministerio aprobó gastar 2.100 millones de euros para comprar 348 carros blindados.

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