Promesas con olor a alcanfor: ¿el subfluvial para 2027?

María José Peleteiro I Médica

Ayer nos despertamos al fin con una buena noticia. Nuestros gobernantes, tras estudiar y analizar las nuevas políticas de movilidad que se están impulsando en Europa por sistemas de comunicación y movilidad mas eficientes y contra el cambio climático, han decidido remodelar la Avanzada para posibilitar un cambio que mire al futuro. El modelo que ya se está implantando en contextos similares se basa en potenciar un sistema de transporte público atractivo, rápido y barato. La capacidad recaudatoria estimada permitirá, ahora si, un buen servicio de transporte público que no grave los bolsillos de nuestros vecinos. El proyecto impulsado para unir la margen derecha con Bilbao, el Txorierri y Ezkerraldea conectará en el plazo de  dos años el eje conocido como La Avanzada-Cruces-Rontegi  (145.000 vehículos/día),  donde se concentran -según nos han hecho saber nuestros gobernantes- el  75% de los desplazamientos que se producen a diario en el territorio de  Bizkaia.

Para ello se va a crear una plataforma propia que junto con accesos a nivel y cancelación externa, posibilitará que el desplazamiento se reduzca a la mitad de tiempo actual entre, por ejemplo Andra Mari y la Gran Vía bilbaína. Este desplazamiento se reducirá notablemente también para aquellos ciudadanos de Getxo, Leioa y margen izquierda que se dirijan a sus trabajos en Sondika, Zamudio y Lezama. El sistema elegido, aun con nombres diversos -BRT (Bus Rapid Transit),  BEI,  Metro-guagua en Las Palmas y AzkarBus en Vitoria Gastei- goza de gran estima y valoración entre urbanistas y expertos en movilidad.

Además de la construcción de una nueva ruta de autobús de alta capacidad de 11,7 km en sentido Getxo-Bilbao, mas otros 20 y 18 km en las respectivas direcciones de Santurtzi y Zamudio, el proyecto financiará la adquisición de 57 nuevos autobuses ecológicos (que ya ha comenzado a producir la empresa vasca por excelencia en sistemas de interconectividad) que funcionarán con energía eléctrica, la construcción de 3 nuevas estaciones de autobuses y un centro de control del tráfico. El plan también contempla la creación de un nuevo carril para bicicletas y el ensanchamiento y la mejora de las aceras cercanas a los nuevos carriles de autobús. Durante la construcción del proyecto se estima que se crearán más de 2.000 puestos de trabajo. Se espera que la red esté operativa en el año 2021.

Despertar de este sueño. Nuestros gobernantes no aspiran a disminuir la contaminación atmosférica ni a reducir las miles de muertes prematuras ligadas a la contaminación generada por el tráfico rodado, ni tampoco a reducir la agresividad ligada al estrés generado por los continuos atascos que provocan no llegar a tiempo al trabajo. Les parece estupendo que debido a la falta de conectividad entre el domicilio y el puesto de trabajo -¿para cuándo una intermodalidad cómoda y eficiente?- la mayoría cojamos el coche para ir a trabajar, para llevar a nuestros hijos al colegio o a la compra en las grandes superficies que no dejan de crecer.

Nos venden el proyecto mágico de nuevas infraestructuras gigantes que más parecen estar dirigidas a tapar los déficits económicos generados por las grandes infraestructuras ya construidas como la supersur.  Además nos lo fían al mantenimiento de un escenario económico a corto y medio plazo que no pocos economistas cuestionan como algo improbable. Mientras tanto, no hay voluntad de invertir en soluciones que siendo mucho mas baratas y eficientes no hipotequen el futuro de nuestro territorio y de las generaciones futuras.

Siguen insistiendo en un único modelo de desarrollo de la movilidad, aunque ello contraríe todos los diagnósticos que la misma Diputación ha realizado con la participación de técnicos y organismos ciudadanos, dejando desnuda la tan cacareada participación ciudadana.

El propio Plan Estratégico de Carreteras para el País Vasco 2017-2028 hace referencia a que “adicionalmente a los gases que contribuyen al calentamiento global, el transporte también es una fuente que añade otros compuestos y sustancias que afectan directamente a la calidad de vida de las personas y a la salud de los ecosistemas. El sector del transporte se ha convertido en uno de los principales emisores de compuestos contaminantes del mundo. La combustión de los carburantes de origen fósil en el motor de explosión interna genera compuestos y contaminantes de tipología diversa con efectos perjudiciales para la salud: partículas sólidas (PS), monóxido de carbono (CO), óxido de nitrógeno (NOx), óxido de azufre (SOx) y compuestos orgánicos volátiles (COVs) o hidrocarburos y plomo (Pb)”.

No, no vamos a conformarnos con macrosoluciones a 9 años. Desde ahora se pueden poner en marcha medidas mucho menos costosas y mas eficientes a nivel social y ambiental como las diseñadas en el documente de avance: reforzar y mejorar el transporte público creando mallas de conexión entre los puntos de origen y destino, desarrollar estrategias de interconectividad entre distintos medios de transporte, impulsar el billete único, impulsar ya la infraestructura ciclable, los planes de empresa  sobre movilidad y un largo etc.

Sareetara

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