El Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria se suma a las manifestaciones convocadas el 25 de noviembre, por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Mujeres y hombres del movimiento unirán sus voces para denunciar las violencias y desigualdades que persisten, y por las que las mujeres mayores también se ven afectadas.
El movimiento ha definido estas violencias como “resultado de relaciones insanas en el hogar basadas en insultos, amenazas, control de dinero y de relaciones; que, además, empeoran en la vejez a causa de la dependencia. También como resultado del papel secundario atribuido a las mujeres en el sistema sociopolítico y económico, y a la infravaloración de estas”.
Ponen como ejemplo el trabajo de cuidados que se hace de manera gratuita dentro del hogar o mal pagado por cuenta ajena. «Abundan los empleos y salarios precarios, con bajas o nulas cotizaciones. Tenemos que suplir la falta de servicios de conciliación con permisos y excedencias laborales. Todo ello conduce a la precariedad de las pensiones, lo cual impide a muchas mujeres llegar a fin de mes», han explicado.
Ante esta situación, las mujeres pensionistas tienen claras sus reivindicaciones: relaciones de pareja basadas en la libertad, la confianza y el respeto; y autonomía económica: oportunidades de empleo, salarios justos, superar la brecha de género, lograr el 100% de la pensión de viudedad y una pensión mínima de 1.080€. Para ello, solicitan políticas públicas eficaces en la educación, los servicios sociosanitarios, la judicatura, etc. Objetivos que requieren “el compromiso y la empatía no sólo de los hombres, sino de toda la sociedad”.
Por otra parte, en Leioa, 15 mujeres y hombres pensionistas se reunieron en la Stoa del Bulevar de la Avanzada para resguardarse de la lluvia y reclamar unas pensiones públicas dignas y una pensión mínima de 1.080 euros.