Nagore Marcos, Rosana Mencía I Vecinas del barrio de Lamiako
Una marisma, un tren y un barrio amable. ¿Cómo puede salir mal cualquier plan con estos tres ingredientes?Pues parece que el Ayuntamiento en su propuesta de modificación para el entorno de Lamiako no es capaz de conjugar estos tres elementos a favor de la gente que vive y habita este barrio, que quiere recuperar la vega como tesoro de valor incalculable y que necesita un servicio de metro moderno e interconectado.
Las zonas húmedas de Lamiako, por su calificación urbanística, han caído en manos de una empresa que busca intercambiarlas como si de un juego de cromos se tratase. Podían haberse protegido, pero el Gobierno municipal escogió no hacerlo.
El metro tenía que haber sido soterrado desde el principio, pero no hubo voluntad política.
Y ahora nos dicen que para financiar ambas infraestructuras es necesario construir hasta 1.322 viviendas en edificios de muchos pisos, ni más ni menos que entre 9 y 20.
En 2016 cuando el ayuntamiento de Leioa empezó a celebrar la fiesta de la ría, nos parecía que efectivamente empezaba a mirar hacia el sur del pueblo, que, a pesar de las últimas ocupaciones de suelo de marismas, tanto con la estación de bombeo de la depuradora o con los tanques de tormentas, así como con las cocheras de un tranvía que nunca fue tal, el ayuntamiento publicó un plan de acción del paisaje del entorno de la dársena de Lamiako en noviembre de 2018 en el que calificó la zona como “único resto recuperable de lo que fue ecológicamente el estuario del Ibaizabal/Nervión”; y que según el cual, “en la participación pública se obtuvo consenso en cuanto a las acciones de regeneración del ecosistema marismeño”. Pero, por desgracia, en la propuesta de modificación que ahora nos proponen para nuestro barrio no vemos reflejada esa intención, y todo lo ahí escrito queda como un espejismo que fue ilusionante.
Es como si hubiese habido una mano negra que ha estado al acecho haciendo números y colocando impedimentos al desarrollo del barrio y de la naturaleza.
Aún así, estamos a tiempo de evitar este modelo de desarrollo y reconducir la situación con sentido ciudadano. Estamos a tiempo de convencer a los partidos del equipo de Gobierno de que otra forma de hacer es posible.