En la madrugada del 2 de agosto, sobre la 01:30 horas, se incendiaron los bajos del exterior de la antigua fábrica Aleaciones Especiales S.A. (ALESA). Dichos locales se encuentran en terrenos hoy propiedad de Laboral Kutxa. Anexa al edificio de la antigua empresa se levanta un pequeño edificio de viviendas propiedad (en su casi totalidad) de la familia Martín, que por la pronta alerta dada por los vecinos de Lamiako no sufrió daños materiales. No tuvieron tanta suerte un coche y una furgoneta aparcados en los terrenos junto al exterior de esta antigua empresa, que sufrieron daños a consecuencia de las llamas.
La familia Martin lleva más de un año quejándose en el Ayuntamiento por la situación que se estaba produciendo en ese solar, donde se habían instalado tres personas drogodependientes sin techo a vivir allí, al aire libre, en unas condiciones de insalubridad evidentes, hace más de año y medio.
Idoia, una de los tres hermanos de la familia Martín, ha remitido alrededor de una veintena de quejas escritas al Ayuntamiento de Leioa planteando la situación que se estaba viviendo en dichos terrenos, utilizados también como aparcamiento alegal por un buen número de personas. La falta de aparcamiento en la zona es algo palpable en Lamiako y Txopoeta, no solucionado por el aparcamiento de pago construido hace años impulsado por la institución local. Ello condujo a que quienes estaban necesitados de aparcamiento derribaran la frágil valla perimetral que rodeaba el solar y accediesen a aparcar en él un buen número de coches.
Tampoco han sido pocas las veces que han hablado los Martin con los responsables de urbanismo de la institución local -manifiesta Lourdes, la otra hermana de la familia-, sin haber conseguido que los mismos tomaran cartas en el asunto, dado que, argumentaban, el solar “es propiedad privada”.
Los propietarios del edificio de viviendas siempre han señalado que la situación de insalubridad y la falta de mínimas condiciones de mantenimiento en que se encontraban los terrenos, “lleno de zarzas, que impedían incluso acceder a las viviendas en coche o a la ambulancia”, hacían y hacen necesaria la intervención municipal. En dichas viviendas han vivido, hasta hace escasos meses, los familiares más directos de los hermanos Martín, hasta el fallecimiento de su madre y el traslado de su tía enferma a una nueva vivienda tras serle amputada una pierna. Consideran que ellos han seguido pagando “los correspondientes impuestos municipales (IBI, etc.)”, y, por lo tanto, tienen derecho a vivir en un entorno saludable y seguro.
El abandono y suciedad en que se encontraban los terrenos y, más concretamente, el lugar en el que se instalaron las personas sin techo drogodependientes, ha sido denunciado más de una vez tanto a la Policía Local como en el propio Ayuntamiento (Oficina Técnica), sin que ni unos ni otros actuasen hasta que se produjo el incendio del pasado 2 de agosto. Un incendio cuyas llamas llenó de inquietud y no poco cabreo al vecindario y, como no, a la propia familia Martín: “Estamos entristecidas, enfadadas y también cansadas”, dicen Lourdes e Idoia. “¿Por qué no se tapia el edificio?”, se preguntan. “¿Si es de la Laboral Kutxa por qué no se responsabiliza de las condiciones del mismo?”
Ha sido la propia Policía Local y el Ayuntamiento quienes, después del incendio, colocaron cinta de plástico en los bajos incendiados y bloques de cemento para impedir que se aparque en el solar, tras retirar los últimos vehículos que allí quedaban aparcados, además de carteles de “no aparcar”.
El Ayuntamiento ha pedido a los propietarios de esta vivienda “tranquilidad”. Pero ellos no lo están. Es difícil estarlo tras más de un año mandando escritos de queja (el último el pasado día 8) al ayuntamiento, de hablar con el concejal de urbanismo y ver que no se actúa hasta que se produce un grave incendio que pudo terminar peor de como terminó. Y lanzan otra pregunta al aire: “Cuando vengan en septiembre y no puedan aparcar, ¿qué van a hacer quienes hasta ahora aparcaban ahí?”
